Lamento profundamente el acoso y agresión que un niño con discapacidad sufrió en un establecimiento de Isla de Maipo. Es de suma urgencia que los colegios resguarden, a través de los protocolos correspondientes, la seguridad de niños, niñas y adolescentes con discapacidad, y promuevan una cultura de respeto a los derechos y buena convivencia escolar que asegure el desarrollo integral de toda la comunidad.
Estoy atenta a las acciones al respecto tomadas por la Defensoría de la Niñez y la Superintendencia de Educación, y oficiaremos a las distintas instituciones del Estado para seguir recopilando información sobre este caso en particular y denuncias realizadas con anterioridad sobre acoso y violencia hacia niños y niñas con discapacidad en distintos establecimientos educacionales.
Finalmente el llamado es a no difundir el vídeo de la agresión con el objetivo de proteger sin exponer a las víctimas.
