Desde Mundo Parcelas comentan que una de las maneras para cuidar el césped es no regarlo excesivamente y hacerlo durante la mañana.
El verano es la época ideal para los asados y las fiestas en la piscina, pero todo esto, junto con el calor estival, puede pasar factura al pasto. ¿Cómo mantener el pasto verde en verano?
Según comenta Juan Fonseca Vargas, director de Mundo Parcelas, uno de los errores más frecuentes es sobre regar: “Una pregunta común en nuestros clientes es cómo lograr que el pasto crezca firme y verde. Pues, la idea es regarlo con frecuencia, pero no en exceso, ya que hay que darle tiempo para que crezca”.
Los siguientes consejos para el cuidado del pasto en verano pueden suponer la diferencia entre un pasto suave y denso y un parche marrón desnudo.
1. Regar el pasto de forma correcta
No hay normas sobre la frecuencia con la que hay que regar el pasto durante el verano, pero como el tiempo es relativamente más cálido, es posible que tengas que regarlo más a menudo.
Sin embargo, regarlo con demasiada frecuencia no le da tiempo suficiente para desarrollar un sistema radicular fuerte y profundo. Los suelos arenosos deben regarse con más frecuencia que los arcillosos.
En lugar de regar el pasto por la noche, como hace la mayoría de los propietarios, se recomienda hacerlo a primera hora de la mañana, ya que ese momento del día suele ser más fresco, lo que minimiza la evaporación.
2. Evita que el agua se escurra
Si ves que el agua se escurre del pasto y cae en el camino o en el canalón, es señal de que estás regando demasiado el pasto o de que la tierra está saturada. Riega de forma constante y lenta y, en cuanto observes posas, desplaza el aspersor a otra zona.
3. Utiliza abono
¿No sabes cómo mantener el pasto verde cuando hace calor? Abonar el pasto durante el verano es una forma de garantizar que tenga todos los nutrientes necesarios para mantenerse sano.
“Ten cuidado de no dejar los recortes en un lugar donde el pasto esté demasiado espeso, ya que podría provocar la formación de moho, sobre todo porque sigues regándolo”, señalan desde Mundo Parcelas.
4. Ocúpate de las malas hierbas
Ocuparse de las malas hierbas en cuanto empiezan a aparecer en el pasto es mejor y más eficaz que rociarlo todo con un herbicida. Puedes hacerlo arrancándolas manualmente o utilizando una horquilla desbrozadora.
El uso de un herbicida debe ser el último recurso.
5. Cortarlo regularmente
Cuando empieces a cortar, deja que la hierba crezca más de lo normal para no someter al pasto a un esfuerzo excesivo. Para ello, ajusta la cuchilla del cortapasto a un nivel más alto. Aunque el programa de siega suele ser de dos veces por semana, puedes aumentarlo a al menos una vez por semana para mantener su altura a 2 ó 3 centímetros.
Si notas que el suelo queda demasiado expuesto o que se seca más rápidamente, puedes dejarlo crecer un poco más antes de segarlo o regarlo con más frecuencia.
6. Ocúpate de las plagas del pasto en verano
Insectos como los gusanos y las cochinillas son la causa más común de los daños en el pasto durante el verano. Si observas que los pájaros picotean tu pasto o que la tierra está levantada y parece arada, es un signo revelador de que su pasto está infestado de plagas.
7. Airea el pasto
El pasto necesita tanto aire como agua. La forma más barata y sencilla de hacerlo es introducir una horquilla de jardín en el pasto a intervalos de 15 centímetros. Si tu pasto es demasiado grande, puedes plantearte contratar una máquina. Un pasto bien aireado absorberá el agua con mayor eficacia en lugar de dejar que se encharque o escurra.