Una reciente investigación de la Universidad de Sydney ha puesto en evidencia la preocupante cantidad de información médica engañosa que circula en redes sociales.
El estudio, publicado en la revista Jama Network Open, determinó que cerca del 85% de los posteos en Instagram y TikTok sobre salud y medicina contienen datos erróneos o potencialmente dañinos, afectando a millones de personas en todo el mundo.
Para llegar a estos resultados, los investigadores analizaron casi mil publicaciones de influencers que promocionaban procedimientos o exámenes médicos de diversa índole.
Se descubrió que muchas de estas recomendaciones carecían de evidencia científica y omitían información clave sobre los riesgos asociados a los procedimientos.
Entre los exámenes más promocionados se encontraron:
● Conteo de óvulos.
● Medición de testosterona.
● Resonancias magnéticas de cuerpo completo.
● Métodos para la detección temprana de cáncer.
● Análisis del microbioma intestinal.
La doctora Brooke Nickel, líder del estudio, explicó que los influencers suelen presentar estos exámenes como una herramienta de empoderamiento bajo la idea de que “el conocimiento es poder”. Sin embargo, advierte que gran parte de la información compartida responde a intereses comerciales y no a criterios médicos confiables.
El peligro de la desinformación médica en redes sociales
El estudio también reveló que muchos de los influencers que promocionan estos exámenes tienen vínculos financieros con laboratorios o empresas que los comercializan.
Esto significa que, en muchos casos, las recomendaciones no están motivadas por un interés genuino en la salud pública, sino en la venta de productos.
Los expertos subrayan que los tratamientos y exámenes deben ser recomendados por profesionales de la salud, ya que cada paciente es único y requiere una evaluación clínica individualizada.
Llamado a la regulación y la verificación de la información
Ante la proliferación de información errónea en redes sociales, la presidenta del Colegio Médico de Chile señala la necesidad de un mayor control sobre la difusión de contenido médico.
Sin embargo, también advirtió que responder a cada publicación falsa podría tener un efecto contraproducente, ya que amplificaría aún más el alcance de estos contenidos.
La desinformación médica en redes sociales representa un riesgo real para la salud pública. Antes de seguir cualquier recomendación sobre exámenes o tratamientos, es crucial consultar con profesionales de la salud y recurrir a fuentes confiables.